Práctica diaria del cuidado de la piel
Para el cuidado de la piel del rostro, el tiempo es de vital importancia cada minuto del día, especialmente por la mañana. La mayoría de las personas comprendemos la necesidad de que los cuidados diarios de la piel sean lo más rápidos y sencillos posible.
Los cuidados de la mañana son distintos a los de la noche, pero no deberían llevarnos más de 5 minutos. Nuestro cuerpo, incluidas las células de la piel, funciona de forma diferente a distintas horas del día. Del mismo modo que el cuerpo tiene un ritmo circadiano (reloj biológico humano que regula las funciones fisiológicas del organismo para que sigan un ciclo regular que se repite cada 24 horas, y que coincide con los estados de sueño y vigilia asociados a los estímulos de luz), las células de la piel siguen un patrón cíclico que puede compaginarse con un plan de tratamiento ideal.
Entonces ¿qué debemos hacer por las mañanas? Cuando nos levantamos, nuestros órganos comienzan a activarse con la presencia de la luz solar y las células de la piel se ponen en modo de defensa para combatir la dura batalla que se presentará a lo largo del día en contra de los elementos: sol, humedad, cambios de temperatura, entre otros. Este modo de defensa lo hace produciendo cebo (sustancia grasa), que alcanza su cumbre al mediodía. Esta sustancia es la que transporta la antioxidante vitamina E a la superficie de la piel para ayudar a mitigar los efectos de la contaminación y de los rayos solares, por lo tanto es necesario sumarla a nuestra dieta con alimentos como el aceite de oliva, los frutos secos, el hígado, la yema de huevo y los vegetales de hoja verde; o en su defecto consumirla como un complemento nutricional.
Por lo tanto, la meta de la rutina matutina es preparar la piel para el día y ayudarla a potenciar sus métodos de defensas naturales, por lo tanto te sugiero lo siguiente: lava el rostro con agua fresca preferiblemente y usa poco jabón o leche limpiadora suave. Si lo haces en la ducha, no expongas mucho rato tu rostro bajo el agua. Si tienes una piel acnéica utiliza un tónico limpiador contra el acné que contenga ácido salicílico o peróxido de benzoilo. No te seques el rostro o en todo caso utiliza una toalla exclusivamente para éste. Aplica una crema hidratante para tu tipo de piel y fotoprotector que sea al menos de SPF 30.
La limpieza de la noche consiste en desmaquillar, si fuera el caso, lavar la cara con el mismo jabón o crema limpiadora usada en la mañana y ha llegado el momento de ponerte las cremas nocturnas y fórmulas antiedad. Asegúrate que esta crema sea más densa para que te sirva también como contorno de ojos y que contengan retinoles e hidratantes. Si no es así, aplica los productos en este orden: primero la crema antiedad, luego la hidratante y finalmente el contorno de ojos.
Si aún no necesitas cremas antiedad, será suficiente con aplicar una buena capa de crema hidratante en todo el rostro, incluyendo el contorno de ojos.
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