Todo lo que se ingiere afecta de una u otra manera a cada uno de los órganos del cuerpo. Si se tiene en cuenta que la piel es el órgano más grande del cuerpo, no es ilógico anticipar que los efectos de la nutrición son de gran importancia en su bienestar. Si bien una crema cosmética puede proveer varias sustancias importantes, nunca será suficiente para asegurar una nutrición adecuada de la piel. Por un lado, la aplicación tópica de una crema no asegura la penetración de los ingredientes activos a las células de la piel y corre el peligro de permanecer en la superficie de la piel hasta la siguiente ducha.
Por otro, la cantidad de ingredientes activos que llega a las células depende de factores como la condición de la piel, la concentración de los ingredientes, y la tecnología de manufactura de la crema, entre otros. En contraste, los nutrientes ingeridos se absorben y pasan al torrente sanguíneo, con lo cual la distribución a las células de la piel queda asegurada.
La globalización y la dinámica de la vida moderna limitan el tiempo dedicado a preparar y consumir alimentos a partir de productos frescos y variados. Cerca del 80% de las personas económicamente activas comen fuera de casa una o dos veces al día. La mayoría lo hace fuera del horario convencional y consume alimentos industriales de pobre contenido nutricional. Por tanto, la modernidad ha disminuido la posibilidad de ingerir vitaminas, minerales y otros productos esenciales a la salud de la piel y el cuerpo.
Las investigaciones actuales sobre antioxidantes y piel se centran en complementos vitamínicos y antioxidantes administrados por vía oral como manera de evitar la barrera de absorción de la piel misma. Así han nacido los nutracéuticos, o alimentos suplementados con vitaminas y minerales que proveen un beneficio a la salud más allá de la nutrición básica. Han ido posicionándose como alimentos funcionales y prácticos y de consumo diario.
Es importante señalar que los nutracéuticos no deben ser vistos como nutrientes para neutralizar deficiencias de las dietas, sino como compuestos cuyo consumo se asocia con la prevención de enfermedades. En otras palabras, el consumo de un nutracéutico debe acompañarse de una dieta rica y variada.
Hay estudios preliminares que muestran que los nutracéuticos elegidos adecuadamente y consumidos siguiendo las recomendaciones, constituyen productos que pueden ayudar al consumidor a alcanzar metas saludables.
Además de los beneficios que pueden otorgar a la piel, los nutracéuticos se han asociado a la mejoría de varías condiciones patológicas, como las enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, osteomusculares y cancerosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario