lunes, 29 de febrero de 2016

Acné y tratamientos estéticos Parte II

Imagen tomada de : http://www.intramed.net

 Acné y tratamientos estéticos Parte II 

Continuando con el artículo de la semana pasada, en este artículo, profundizaremos un poco más sobre el acné, sus grados y principios de los tratamientos estéticos. De acuerdo con el número y tipo de lesiones, se definen las formas clínicas o grados de acné, pudiéndose dividir en dos tipos. No inflamatorio: cuando presenta solamente comedones, sin señales inflamatorias; e inflamatorio la que conforme al número, intensidad y características de las lesiones, comprende cinco grados distintos:
Acné grado I: presencia de comedones cerrados (blancos) y abiertos (negros), algunas pápulas (granos con contenido sólido de una masa blanquecina) y raras pústulas (granos que contienen pus).
Acné grado II: presencia de mucha seborrea, comedones abiertos, pápulas inflamadas y algunas pústulas
Acné grado III: presencia de mucha seborrea, comedones abiertos, pápulas inflamadas y muchas pústulas.
Acné grado IV: presencia de mucha seborrea, comedones abiertos, pápulas inflamadas, muchas pústulas y nódulos o quistes.
Acné grado V: es muy raro en nuestro medio, además del grado IV se presenta súbitamente fiebre, aumento de los leucocitos, necrosis, y hemorragias de las lesiones.

Es importante resaltar que el acné es un problema crónico y que aún después de la mejora un postratamiento basado en limpiezas periódicas, peeling o microdermoabrasión debe realizarse con cierta frecuencia, además de instituirse hábitos y medidas preventivas y curativas para que el resultado se mantenga indefinidamente.
La edad, tipo de piel, preocupaciones, estrés, estilo de vida, alteraciones menstruales, son factores determinantes a tomar en cuenta. El uso de cosméticos para la piel y el cabello, medicamentos, pastillas anticonceptivas, vitamina B12, y el hábito de apretarse las espinillas también deben ser considerados.
El tratamiento tópico debe ser siempre la primera escogencia en los casos de acné grado I y II. Cuando el tratamiento no responde solo a los tópicos y en grados más avanzados es cuando se deben usar medicamentos vía oral, y deben ser indicados exclusivamente por un médico dermatólogo. En el próximo artículo desarrollaré las orientaciones terapéuticas para cerrar con este tema.

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lunes, 22 de febrero de 2016

Acné y tratamientos estéticos Parte I



Cuando una persona padece de acné juvenil o adulto los tratamientos que se siguen consisten en eliminar la bacteria Propionybacterium acnes (P. Acnes) que se aloja en los folículos bloqueados a través de antibióticos o sustancias bactericidas recetadas por un médico especialista, pero estos procedimientos no siempre logran conseguir la disminución de la secreción de grasa y el comportamiento anormal de las células, causa inicial de los folículos bloqueados. Además de esto un problema común que se encuentra, es que los antibióticos están resultando cada vez menos efectivos  ya que las bacterias se vuelven resistentes,  mientras toman el tratamiento disminuye, pero poco tiempo después reaparece, por lo tanto se hace necesario la introducción de limpiezas de cutis períodicas, peelings físicos o químicos para evitar que esto ocurra. En las próximas semanas estaré escribiendo sobre este tema, ya que el acné no solo afecta físicamente a las personas que lo padecen, sino psicológica y socialmente, y en un solo artículo es difícil agotarlo.
Podemos decir que el acné vulgar, o acné juvenil, es uno de los problemas dermatológicos más frecuentes. En el período de edad que varía entre los 11 y los 25 años, más del 70% de los individuos presentan algunos grados de acné. Se relaciona fundamentalmente por la presencia de hormonas sexuales, por tal motivo se manifiestan al inicio de la pubertad, época en que tales hormonas comienzan a ser producidas por el organismo, y la edad puede variar en función del desarrollo en varones y hembras. Sin embrago, a pesar de esos factores, también puede surgir en la fase adulta, más frecuente en mujeres.   

El acné afecta principalmente la cara y región anterior y posterior del tórax, partes del cuerpo ricas en glándulas sebáceas.  Existe una tendencia hereditaria, transmitida por genes dominantes, la cual es comprendida en descendientes de padres que lo han padecido con una posibilidad de aparición de un 50% con gravedad variable. Se caracteriza por comedones (granos o espinillas), pápulas (lesión en la piel  menor de un centímetro de diámetro, circunscrita, elevada, de bordes bien definidos, de contenido sólido), pústulas (pequeña cavidad superficial de la piel llena con pus) y, en formas más graves, por abscesos y quistes.



El acné es básicamente una enfermedad del folículo polisebáceo. La característica de estos folículos es tener una glándula sebácea hipertrofiada y un pelo fino rudimentario. Estas glándulas tienen un flujo continuo y su secreción natural depende del estímulo hormonal a través de fibras nerviosas que la rodean, pero también algunas medicinas, el sudor, la temperatura y la alimentación pueden influir en éste, aunque de manera menos importante. Es significativo aclarar esto último, porque en particular la alimentación no es la principal causa del acné, sino las hormonas. En los hombres la relación hormona-sebácea depende de los andrógenos gonadales, y en las mujeres más de las adrenales y no del estrógeno como se podría pensar.
De tal manera que en los adolescentes hay un aumento sebáceo fundamentalmente por estímulo hormonal y no necesariamente viene acompañada de la lesión activa del acné. La obstrucción de los folículos pilosebáceos lleva a lesiones del acné debido a: aumento de la producción y secreción sebácea descontrolada, engrosamiento de la capa externa de la piel (hiperqueratosis) que obstruye el folículo polisebáceo, y proliferación y acción de las bacterias.
Finalmente es importante aclarar que estas tres causas se pueden controlar con procedimientos estéticos continuos  como limpieza profunda de cutis, peeling mecánicos o químicos, y recomendaciones de autocuidado de la piel, combinados, dependiendo del grado, con tratamientos médicos especializados, ya que estos tratamientos permiten eliminar la obstrucción, disminuir la hiperqueratosis y mantener el flujo de secreción sebácea abierto.
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lunes, 15 de febrero de 2016

Limpieza diaria del rostro

No te dejes engañar por la creencia que lo mejor para lavar la cara es el agua sola o peor, que el mejor jabón es “Las llaves”. Ninguna de las dos es recomendable. En lo particular recomiendo, atendiendo a los estudios que he realizado, que si la piel es seca se limpie la mayoría de las veces con cremas limpiadoras, y digo la mayoría de las veces, porque estas cremas también dejan residuos grasos que obturan los poros.  De tal manera que al menos dos veces a la semana es mejor usar jabón.
Algunos jabones son demasiado ásperos para usarlos en la delicada piel del rostro, como el azul que es para la ropa y los antibacteriales, cuya función, como su nombre lo indica, es eliminar las bacterias de las zonas del cuerpo con olores particulares, y este no es el caso del rostro.

Entonces ¿qué jabón debo usar?
El tipo de jabón dependerá de tu tipo de piel: seca, grasa o mixta. Algunas alternativas, fáciles de encontrar en farmacias y tiendas naturistas, son las siguientes:
Jabón de glicerina o  Jabón neutro para la piel seca: no contienen olor ni color, por lo que son ideales para pieles secas,  sensibles o con tendencia a algún tipo de alergia.
Jabón de avena o jabón sulfuroso para la piel grasa: son excelentes para exfoliar la piel y eliminar el brillo característico del cutis graso. En el caso del sulfuroso o de azufre es recomendable si la piel es acnéica ya que seca los barros, espinillas y tiene propiedades antisépticas.
En el caso de tener una piel mixta es recomendable limpiar la zona más reseca con crema limpiadora y la zona grasa lavarla con jabón de avena o sulfuroso. Existen actualmente en el mercado jabones específicos para cada tipo de piel, así que pregunte al farmaceuta antes de elegir alguno de los anteriores.
¿Cuántas veces debo lavarme la cara?
Dos veces, en la noche para eliminar residuos de cremas, fotoprotector y/o maquillaje, sudor, polvo y otros contaminantes en el ambiente, aceites naturales segregados por la piel y células muertas. Una noche sin lavarte el rostro no es un gran riesgo pero muchas noches si lo son. En la mañana para eliminar las cremas de noche, toxinas liberadas durante el sueño, grasa y suciedades del cuero cabelludo depositadas diariamente en la almohada y reponer la humedad perdida durante la noche.
Finalmente recuerda evitar secarte la cara bruscamente y usar una crema hidratante bajo el fotoprotector o maquillaje.

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lunes, 8 de febrero de 2016

Comer pescado es comer juventud

De todos los alimentos que nos mantienen jóvenes, el pescado y los mariscos son los primeros de la lista, ¿por qué?, porque son una excepcional fuente de proteínas de alta calidad, de fácil digestión con bajo contenido de grasas saturadas, un volumen significativo de minerales, aminoácidos y oligoelementos esenciales como el calcio, magnesio, potasio, fósforo, azufre, flúor, selenio, cobre, cinc y yodo.
La carne del pescado, especialmente el salmón, las truchas y sardinas, contienenDMAE (dimetilaminoetanol), un efectivo antioxidante. Este elemento químico estimula la función nerviosa, la contracción y tensión de los músculos bajo la piel. El DMAE es una sustancia que permite conseguir un excelente tono cutáneo, evitando la pérdida de la postura anatómica del rostro, llamada comúnmente como flacidez, la cual consiste en que los músculos, en lugar de mantenerse cortos y tensos, se alargan y se relajan.
Como recomendación particular a partir de esta información, si tienes la piel del rostro flácida o quieres evitar que suceda:
1.    Come pescados (salmón, trucha y sardinas) con regularidad
2.    Toma DMAE en forma de complemento nutricional, cápsulas de pescado y Omega 3
3.    Adquiere y aplica una loción tópica que lo contenga en las zonas que más te preocupan

4. Incluye entre tus procedimientos estéticos hidrataciones profundas y mesoterapias faciales con oligoelementos y vitaminas para mantener tonificada y joven tu piel


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lunes, 1 de febrero de 2016

Cremas hidratantes: emolientes y humectantes

Las cremas hidratantes, aunque no tengan efectos directos sobre las arrugas, indirectamente si porque protegen la piel de la sequedad, manteniéndola suave, blanda y saludable. Una buena crema hidratante puede generar muchos efectos positivos en tu piel ya que evitará que el agua que llega a la piel de tu rostro de evapore y mantenga un aspecto fresco y sano.
A pesar de la larga lista de ingredientes de las cremas hidratantes, hay dos que son claves y están científicamente probados que funcionan: los emolientes y los humectantes. Los emolientes (lanolina, aceite de jojoba, palmitato de isopropilo, glicol de propileno linoleato, escualeno y estearatos de glicerol) actúan como lubricantes en la superficie para rellenar las grietas entre las células que están a punto de descamarse, ayudando a que esos bordes sueltos de piel muerta vuelvan a unirse, así que son imprescindibles que estén presentes en tu crema si tu piel es seca, ya que ayudarán a mantenerla suave y elástica.
Por otra parte, los humectantes atraen el agua hacia la superficie de la piel aumentando el contenido de agua de la epidermis, o capa exterior. Incluso si el aire que te rodea es húmedo los humectantes pueden atraer el agua de la atmósfera hacia la epidermis. Al igual que sucede con los emolientes, existen muchos tipos de humectantes, algunos de ellos son el ácido hialurónico, los alfahidroxiácidos, sorbitol, glicerina, glicol de propileno, úrea y lactato de sodio. Ojo, ten cuidado si tu crema actual o la que vas a comprar tiene estos ingredientes que hacen la misma función que lo humectantes, pero son grasos y oclusivos de los poros (siliconas, aceite mineral, cera de abeja, manteca de coco, dimethicona, petróleo y parafina). Si ya tu crema los contiene deja de aplicarla en la piel del rostro y úsala en otras áreas del cuerpo más resecas. Aunque las cremas hidratantes no influyen directamente sobre tu piel a nivel celular son una forma excelente de mantenerla sana y de fortalecer la barrera de protección. Un consejo más, úsala debajo del bloqueador solar o fotoprotector. ¿Te gustaría disfrutar de una consulta diagnóstica gratis sobre la piel de tu rostro? LLámame al 0426-5676791 o escríbeme a hluzardo@gmail.com y solicita tu cita. En solidaridad con nuestros clientes estamos manteniendo los mismos precios del año pasado. ¡Te esperamos!

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